Los enormes esfuerzos por parte del Gobierno Nacional y en cabeza del Ministerio de Agricultura en la inyección de capital para la creación de nuevas áreas de producción y la renovación en la agricultura del país ha permitido que el crecimiento sobre el desarrollo tecnológico de ésta se incremente de tal manera, que se plantee la necesidad de retornar a una cultura netamente agrícola.
El occidente de Boyacá, zona que no es ajena al desarrollo de apertura agrícola, se encuentra en pleno estado de crecimiento y concientización de los hombres y mujeres que durante años dedicaron sus vidas a la explotación minera, y que cansados de las escasas oportunidades en este negocio, ven en el trabajo de la tierra la mejor opción para mejorar la calidad de vida de cada uno de ellos y de sus familias.
Pero no es suficiente poseer la perseverancia que caracteriza a esta población, se requiere de la inyección de capital tanto humano en la parte técnica así como también en la parte operativa; se requiere además un cambio en la mentalidad de la comunidad de occidente incentivando la creencia en la humilde labor campesina; pero no es posible el surgimiento de una región por si sola, se requieren programas y políticas sociales para la equidad rural, para que los jóvenes que son el verdadero mañana del campo colombiano se queden y regresen al seno del desarrollo que días tras día empuja esta nación.
El occidente de Boyacá, zona que no es ajena al desarrollo de apertura agrícola, se encuentra en pleno estado de crecimiento y concientización de los hombres y mujeres que durante años dedicaron sus vidas a la explotación minera, y que cansados de las escasas oportunidades en este negocio, ven en el trabajo de la tierra la mejor opción para mejorar la calidad de vida de cada uno de ellos y de sus familias.
Pero no es suficiente poseer la perseverancia que caracteriza a esta población, se requiere de la inyección de capital tanto humano en la parte técnica así como también en la parte operativa; se requiere además un cambio en la mentalidad de la comunidad de occidente incentivando la creencia en la humilde labor campesina; pero no es posible el surgimiento de una región por si sola, se requieren programas y políticas sociales para la equidad rural, para que los jóvenes que son el verdadero mañana del campo colombiano se queden y regresen al seno del desarrollo que días tras día empuja esta nación.
Vienen grandes retos, retos para todo el país, para región tras región, para exigir de cada una de ellas lo mejor; dentro de esta visión de prueba la pregunta surge, con el ánimo de dar una respuesta pronta: ¿Se encuentra el occidente preparado para la competitividad agrícola?
La respuesta es clara; esta pequeña porción de nación aun requiere de grandes esfuerzos colectivos, iniciando desde la educación con modalidad agropecuaria, en donde seres humanos con capacidades técnicas y vocación docente impartan conocimientos generales para estas áreas y sean la primera semilla para un mejor mañana.